Cuando
nos acercamos una tradicional jornada de solidaridad y en la celebración del
Día Internacional de la Discapacidad es necesario reflexionar y, sobre todo,
llamar a la sociedad a no bajar los brazos. Hoy más que nunca, el país necesita
ampliar su visión y reforzar su compromiso mediante el tránsito desde la
solidaridad hacia la generación de una cultura inclusiva… Ahí está el desafío.
En esa diferencia es que pasan de ser colaboradores en este ámbito a ser
agentes de cambio.
Cuando
la sociedad crea espacios de trabajo inclusivos y en los que se valora la
diversidad, está declarando que la discapacidad no es un tema de uno ni de otro
sector, sino que es del país. Es una acción de compromiso con la justicia
social y con el desarrollo sostenible, porque no sólo aportan a la diversidad
sino que se nutren de ella, enriqueciendo sus propias visiones desde la
innovación en lo humano y lo profesional. Es una ganada por partida doble.
Es
tiempo que la sociedad manifieste su compromiso de cumplir la ley 29973, en
alianza con las organizaciones sociales que trabajen en esta temática.
Este
será un aporte importante que ayudará a generar un cambio de cultura social,
normalizará la discapacidad y contribuirá a que tengamos generaciones más
conscientes y activas que no discriminan negativa ni positivamente. Sólo
haciendo parte a las personas con discapacidad, sin prejuicios y en igualdad de
condiciones, es cuando entenderemos que la discapacidad no las define.
Por
eso, más allá de saludar a las personas con discapacidad del país en “su día”,
hacemos una invitación a la sociedad en pleno para reflexionar y decidirse a
ser más inclusivos, más solidarios, más humanos; total, y al fin de cuentas, la
discapacidad es un lugar común, al que todos, más tarde o más temprano,
llegaremos.
Carlos
Alberto Campos
Presidente
Sociedad
Roosevelt