“En
2025 no existirán los discapacitados. La tecnología hará que se superen todas
las barreras”. Así ha arrancado Eythor Bender la ponencia de apertura en RETINA, el foro iberoamericano de transformación digital que organiza
EL PAÍS hoy y mañana en Madrid. Este es uno de los expertos que van a compartir
sus experiencias punteras con miles de profesionales reunidos en este foro.
El profesor de la Singularity University, uno de los centros más
inspiradores de Silicon Valley, habla directamente de superar a la naturaleza
con prótesis avanzadas. Él prefiere llamarlos complementos. El cambio de nombre
no es casual; entre sus obsesiones está acabar con el estigma que persigue a
las prótesis tradicionales. No solo por la estética, sino por la escasa
funcionalidad que daban a los usuarios hasta hace pocos años. “A través de las
redes sociales se está dando a conocer que hay prótesis bonitas, bien hechas,
cómodas y útiles. Antes era una tortura llevar un corsé para reducir la
escoliosis. Ahora llaman la atención de las compañeras de clase de muchas
adolescentes”, reafirmó en este foro, patrocinado por Telefónica, Santander e
Iberdrola.
Con
la explosión de las impresoras 3D ya se han fabricado 39 millones de prótesis.
“La tecnología biónica será mejor que lo que traemos de serie. Pronto serán
componentes personalizados”, incidió y fue más allá: “Ponerse una prótesis será
como cambiar de vaqueros”.
En 2014 fundó,
con una granja de impresoras 3D en Sevilla, UNYQ, una startup especializada
en brazos, piernas y prótesis personalizadas. “Hemos llevado los complemento
biónicos a las pasarelas”, aseguró.
“Queremos que cualquier pueda volver a andar”, dijo, mientras
mostraba un exoesqueleto que ayudaba a volver a andar a un discapacitado en la
pantalla. “Se han probado con militares, que algún día llevarán un traje
biónico”, fantaseó con imágenes de tropas equipadas con pesadas mochilas
saltando zanjas con una facilidad propia de los videojuegos.
Al
mismo tiempo, explicó algunas barreras que impiden la llegada de estas prótesis
de última generación a todo el mundo. Sin Internet no hay acceso, ni evolución
posible. “Todavía quedan entre 3.000 y 4.000 millones de personas fuera de
Internet. Facebook, Virgin y Google están trabajando para que tengamos Internet
de manera constante en todo el mundo”.
Entre los
ejemplos de empresas que no han sabido adaptarse a los tiempos puso a Kodak.
Pasó de ser el máximo líder en el mundo de la fotografía, abanderado del
carrete, a quedarse con escasas patentes y declararse en bancarrota. Perdió su
fuerza analógica a manos de Instagram, comprada por Facebook por mil millones
de dólares con solo 14 empleados. Quiso evidenciar así la diferencia entre una
empresa lineal y una exponencial. En su opinión, Instagram ocupó el lugar que
le habría correspondido a Kodak si hubiera reaccionado a tiempo.
Bender cerró su ponencia con una llamada a la acción,
buscando la implicación de los miles de asistentes, en su mayoría entusiastas
de la tecnología, directivos, estudiantes y creadores destartups. “Hoy podemos cambiar el mundo de un modo en que durante
siglos solo lo podían hacer políticos y mecenas. Combinando nuestras ideas,
ilusiones y la tecnología, podemos hacer grandes cambios, cambios reales en la
vida de muchas personas. Sueño con terminar con la discapacidad para siempre”.
Fuente: http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2016/05/10/actualidad/1462870426_726960.html
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