Saludo a todos mis
hermanos con o sin discapacidad, saludo a todos los que creyeron o no creyeron
en mi inocencia.
Como es de conocimiento
público hace exactamente tres meses que fui condenado a cinco años de pena
privativa de mi libertad, por la Juez penal de la causa, por un delito que no
cometí. Fue así que en mi condición de
persona con discapacidad severa y siendo totalmente dependiente,fui recluido en
el Penal de Lurigancho, donde no existe ni la mínima condición para que una
persona con discapacidad severa pueda sobrevivir, en tales circunstancias
contraje una infección hospitalaria que me produjo dos infartos cerebrales e
infección generalizada poniéndome a borde de la muerte, hasta la fecha las
secuelas se mantienen.
He padecido mucho, fui
engrilletado a una cama de metal lo que me ocasiono escaras en todo el cuerpo
(heridas profundas) sumándose a esta situación la inmovilidad permanente que
padezco más aun cuando mi silla de ruedas fue deteriorada durante mi arresto estos
hechos son de conocimiento público; en tales circunstancias, fue mi hija y un
amigo también recluso que me ayudaron en el tópico, sin embargo esta especie de
tortura física van más allá a la pérdida de la libertad.
Hoy estoy libre, he sido ABSUELTO
de toda responsabilidad, por ello en primer lugar agradezco a Dios, a mi hija
Rene que vino desde Venezuela dejando su familia para estar a mi lado, a mi hermano
José quien desde bambalinas guió toda mi defensa siendo muchas veces incomprendido y a pesar
que también lo comprendieron en el proceso, el tiempo el dio la razón cuando la
Sala Mixta Transitoria de Ate de la Corte Superior de Lima me ABSUELVEde toda
responsabilidad, gracias a los
fundamentos de la apelación que se presentó, agradezco a mis sobrinos a mi
familia y amigos en general s los Magistrados Probos que por unanimidad me
absolvieron, devolviéndome la confianza en la justicia, mi agradecimiento institucional a Carlos Alberto
Campos, Rodolfo Aguilar y Manuel Inga Samaniego, representantes de CONDIF-PERU,
a German , así como a Fidel Loayza de la
CONAPEDIS y a Wilfredo Guzmán Jara, Presidente del CONADIS,
quienes entendieron de inmediato que mi caso era un tema de derechos humanos, también
agradezco al Congresista Julio Rosas Huaranga, quien fue el único parlamentario que se
interesó en mi caso y me visito en el penal, a los medio de comunicación que
sacaron a la luz la verdad como fue ATV, frecuencia latina, Diario Ojo, así
como Radio Exitosa, Radio Capital y a mis hermanos con discapacidad que se convocaron
en diferentes plantones para exigir que se me haga justicia.
Al despedirme dejo de
manifiesto que no guardo rencor a nadie pero es mi deseo que en el Perú nunca
más una persona con discapacidad severa sufra como yo; en tal sentido impulsare
la creación de una entidad que vele por los derechos de quienes padecen
discapacidad severa.
03 de octubre del 2013
Bernabé Salazar Pumayalli
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