El devenir social, nos ha mostrado históricamente que
las personas, enfrentamos diversos problemas al momento de tener que generar
interacción con otro, que desde un punto de vista socio cultural, representa
alguna diferencia significativa con la mayoría de un grupo o la comunidad de
seres humanos que encuentran determinadas similitudes entre ellos; atribuyendo
colectivamente a esas similitudes un plano de normalidad que en último término,
determina las condiciones de funcionamiento social y ciertos convencionalismos
en el trato que se le da a cualquier grupo que represente alguna diferencia
calificada de importante por el criterio de mayoría que se genera en la
colectividad.
Lo anterior queda evidentemente demostrado al observar
el trato que se brinda a poblaciones inmigrantes, , las etnias calificadas como
población aborigen, la población en situación de discapacidad, entre otros
grupos humanos que viven en sociedad.
Hay quienes piensan que el trato a colectivos
minoritarios, apreciados socio culturalmente, como diferentes, postergados y /
o débiles, representa un problema sustantivo que podría traducirse en la peor
de las situaciones en un trato discriminatorio hacia alguna minoría. Para
otros, en cambio, la sola consideración como diferentes de un grupo de la
comunidad, representa por el solo hecho de la apreciación de la diferencia, un
trato que supone discriminación.
Si intentamos reflexionar detenidamente sobre las
interrogantes que explican la problemática de establecer un trato diferenciado
a diversos grupos que reúnan las características anotadas, sin duda alguna
podremos remontarnos a la historia de nuestra civilización, en la que
transcurriendo diversas épocas, apreciamos tratos violentos a colectivos
considerados diferentes, débiles y / o en algunos casos minoritarios.
Pudiéramos incluso profundizar aún más el análisis, y
establecer que en los albores de la civilización, los hombres luchaban contra
cualquier desconocido que apareciera, repentinamente representando un peligro
de hurto de alimentos o agua, pudiendo explicar de esta forma las razones que
hasta nuestros días inspiran la determinación de establecer un trato muchas
veces hostil a personas que representan claras diferencias desde un punto de
vista sociocultural, como los grupos, que a vía ejemplar hemos anotado en esta
columna.
El aquilatamiento sobre la problemática que representa
el trato abiertamente diferente o discriminador a estos grupos, queda esbozado
en breves líneas, pudiendo profundizarse por cada uno de ustedes mediante una
reflexión detenida, desprovista de todo sesgo, bajo la luz de un paradigma de
inclusión de todo tipo de sectores que componen la comunidad. Entendiendo que
la actual tendencia, apunta a fortalecer la comprensión en la sociedad de la
internalización de paradigmas de inclusión de todos los grupos que nutren con
su diversidad el tejido social.
La temática a abordar en esta columna, como en las
venideras, es la internalización y aplicación del actual paradigma de inclusión
social de la población en situación de discapacidad, los obstáculos existentes,
las dificultades que enfrenta la población en situación de discapacidad en el
ámbito educativo, el acceso a oportunidades laborales, los nuevos desafíos de
las políticas públicas orientadas a esta temática, entre otros elementos
significativos al momento de abordar el contexto social que rodea a la
población en situación de discapacidad.
Internalización de un nuevo paradigma
El vocablo paradigma significa o representa en
Psicología aceptaciones de ideas, pensamientos, creencias incorporadas
generalmente durante nuestra primera etapa de vida y que se aceptan como
verdaderas o falsas sin ponerlas a prueba en un nuevo análisis; en cambio en
arquitectura paradigma significa modelo o maqueta.
Resulta interesante la acepción que de este término
brinda la psicología, particularmente al extender su significado a la
psicología social, en atención a que en las sociedades existen muchas veces
ideas, pensamientos o creencias previas sobre grupos que conforman la sociedad,
dándolas por ciertas o falsas, sin un análisis o nueva mirada que permita
validar la idea o creencia que se tiene.
Por lo anterior, resulta significativo y a la vez
inquietante reflexionar sobre el paradigma existente en la sociedad relativo al
trato a la población en situación de discapacidad.
Bajo una primera aproximación por cierto superficial,
constatamos que actualmente existen cuerpos normativos que reconocen que el trato
a las personas en situación de discapacidad, debe ser acorde con una visión
paradigmática de plena inclusión social de este sector de la población.
El Estado de Chile, ratificó el año 2008 la Convención
Internacional de Derechos de Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas y
promulga el año 2009 la ley N° 20.422 de Inclusión social de personas con
discapacidad, que sustituyó a la antigua ley N° 19.284 de Integración social.
Si realizamos un análisis estricto a la luz de los
cuerpos normativos citados, podemos concluir que la tarea relativa al trato
acertado a la población en situación de discapacidad se encuentra en un gran
momento en nuestro país. No obstante un análisis más acabado y completo, da
cuenta, que si bien es cierto el avance que se constata en el plano jurídico,
no es menos cierto que en la sociedad chilena aún prevalece un antiguo
paradigma en el trato a este sector de la población; basta apreciar los Índices
de empleo recogidos en el segundo estudio Nacional sobre Discapacidad, que refleja
que el 56% de la población en situación de discapacidad leve a moderada tiene
un empleo y el 24.3% de la población en situación de discapacidad severa
trabaja. Lo anterior, permite constatar que de no internalizarse la nueva
visión paradigmática contenida en los documentos oficiales, en la convención y
en la ley, estas solo representarán letra muerta, ya que los cambios que se
requiere alcanzar solo pueden ser fruto de un nuevo devenir social inspirado en
la internalización de un nuevo modelo o paradigma que ilustre el trato acertado
a este sector de la población.
En consecuencia, el camino a seguir es la
internalización de esta nueva visión paradigmática, estableciéndose como
desafío, no solo conformarnos con el avance que supone la convención y la ley,
si no la evolución de la sociedad que permitirá en un futuro lograr
verdaderamente el trato digno, justo y apropiado que este sector de la
población merece, transformándonos en corresponsables de este cambio las
personas en situación de discapacidad, los actores relevantes en el avance
social de este sector de la población (sociedad civil organizada), y el Estado.
Fuente: http://www.elmostrador.cl/vida-en-linea/2016/08/24/representa-la-discapacidad-actualmente-una-diferencia/?v=desktop
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