La experiencia vivida por nuestro Presidente no es, de ninguna manera, un hecho aislado o poco frecuente, al contrario. Todos los días, las personas que se movilizan con sillas de ruedas (o andadores), se ven sometidas a la tortura de tener que transitar por las nada seguras pistas de nuestra capital, pues las veredas están ocupadas con vehículos que las convierten en su "parqueo particular", muchas veces con la anuencia silente y cómplice de las autoridades policiales que prefieren hacerse de "la vista gorda", antes que molestar a sus encopetados custodiados.Como es sabido, el 1 de Julio entrará en vigencia la nueva escala de multas y sanciones a las infracciones de tránsito, y es nuestra demanda, se contemplen sanciones severas para aquellos que invaden las veredas con sus vehículos, u obstruyen las rampas en las esquinas.
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