Saludamos a María, que con sus 47 años a cuestas, sus 10 años de viudez y su silla de ruedas a cuestas, supo sacar adelante a sus cuatro hijos, dos de los cuáles son ya dos profesionales que crecieron orgullosos de empujar la silla de su madre el día de su graduación.
Saludamos a Carmen, una mujer que siendo muy joven se casó con José y que jamás pensó que la vida la enfrentaría al desafío de ser madre de tres hijos con discapacidades muy severas, y que hoy, a sus más de 70 años (y ya viuda), espera alegre este día para abrazar a sus hijos, a su nuera, a su yerno y a sus nietos.
Saludamos a Rosemary, una alemana residente en el Perú, que cambió el ser madre de sus propios hijos por la dicha de formar a más de cuatro generaciones de niños y jóvenes discapacitados que pasaron por las soleadas aulas de "La Alegría en el Señor".
Sólo tres nombres y tres saludos que ejemplifican a las miles de mujeres que merecen mucho más que un "día", o un abrazo...
FELIZ DIA DE LAS MADRES.
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